jueves, 17 de julio de 2014

Los modernos Bernabé

por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

Mucho tenemos que agradecerle al revisionismo histórico, entre estas cosas la oportunidad que dió a los uruguayos, de conocernos mejor, de saber que nuestros orígenes no siempre fueron tan puros como nos enseñaron en la escuela y más tarde en el liceo. De conocer aspectos de la otra historia, de la no contada, lejos de la oficial de los ganadores. La historia clandestina, la prohibida porque atentaba contra los "valores republicanos", que no eran otros que la traición al pensamiento artiguista. La de los que alambraron la tierra. Y esta historia no contada oficialmente, nos permitió saber entre otras cosas, que durante el genocidio indígena de Salsipuedes, el indio Tacuabé le dijo a Bernabé Rivera: "....quien diría General, Ud. matando hermanos....."
Este reproche con estar lejos en el tiempo y obedeciendo a otras circunstancias, nos lleva a pensar que le dirían hoy a Mujica, Huidobro o Bonomi por mencionar algunos, sus antiguos compañeros que compartieron riesgos, torturas y prisiones, al verlos en la vereda de enfrente. Al comprobar que aquellos discursos y arengas, eran nada más que versos. Que la palabra anti-imperialismo formaba parte de la moda y no del principio arraigado en la conciencia de cualquier revolucionario, de que jamás podremos ser libres si no rompemos los lazos de la dependencia o si por lo menos, no tenemos la virtud de intentarlo.

Desde estas humildes páginas hemos dicho en alguna oportunidad, que el daño causado por esta gente a la causa de la liberación, sólo podrá ser analizado en toda su magnitud dentro de algunos años. Y también dijimos para los que aún creen sin pensar, que hubieran dicho en otra oportunidad, si estas medidas antipopulares, acuerdos de defensa no se sabe contra que enemigo, tratados de asistencia en materia represiva, coqueteos con la embajada que ya estará pensando en no invitarlos, para no correr el riesgo que se queden allí para siempre, de tan cómodos que se sienten, de fiestas rociadas de licor en donde las "copas charlan mucho" como decía una amiga mía, si todas estas cosas hubieran sido llevada adelante por gobiernos blancos o colorados? Qué nos dirían entonces? Vendepatrias, pro-imperialistas y no se cuántas cosas más.... verdad? Bueno, pero esto hoy es tolerado por mucha gente en silencio y cabizbaja. Gente que incluso pagó con años de prisión el sueño de una Patria para Todos, libre de la dependencia que nos ahoga y averguenza, junto a todos aquellos paises que lo intentan aunque tropiecen una y mil veces.

Muchas veces, nos ha dado la impresión al constatar ciertos hechos, que esta gente se ha dotado a sí misma de una suerte de salvoconducto que los hace inmunes a juicio alguno, una especie de derecho auto-adjudicado por el hecho de haber estado presos, diplomas revolucionarios que bien trabajados entre gente que desconoce por edad o por haber estado al margen, ciertos entretelones de la novela, ciertas páginas de las que mejor no acordarse, pueden arrojar muy buenos dividendos políticos. Sin embargo y en medio de esta tragedia, que muchos experimentan en silencio o tratan de desimular con explicaciones escolares, no todo ha sido tan negativo. Hemos aprendido a diferenciar e identificar al hombre o la mujer convencido y firme y actuando en consecuencia, del aventurero que se entrega a una causa por una cuestión emocional. El primero, jamás renunciará a sus principios y esperanzas al primer traspié y mordiendo el polvo amargo de la derrota. El segundo actúa como un accionista al momento de invertir en una empresa.Si no arroja en el corto plazo el resultado esperado, cambiamos a otra. El aventurero no es de izquierda ni de derecha aunque siempre termina allí, pues es el camino más fácil para sus logros personales. Pero su discurso seguirá siendo de izquierda......

El aventurero se incorpora a una causa, cuando olfatea que puede escalar en sus ansias de poder. El hombre fogueado en el sindicato, en la lucha social, allí donde "el barro se subleva", permanece firme a pesar del tropezón, pues sabe que la historia le dará la razón y corre con él. Y lo que es más importante aún, puede dormir tranquilo y mirar a sus hijos sin verguenza ni necesidad de encontrar un verso nuevo cada día, para justificar su claudicación. Esa es la diferencia entre un aventurero y un militante de la esperanza. Así que cuidado con los cuentos..... no sea que a alguno le pase como a aquél del tango que "contaba sus hazañas entre infelices" hasta que un buen día cayó al boliche un veterano..........