sábado, 23 de agosto de 2014

Encarnando los palangres


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

Se acerca la "batalla" de las urnas y el mundo político, que cuenta con un sin fin de recursos para captar inocentes, ha echado mano a los más eficaces: aquellos que actúan en el campo emocional. Ponchos que nos recuerdan la lanza y el Remington de una campaña sublevada,al llamado de un caudillo enfrentado a un gobierno que se olvidó del campo. El sobretodo de un hombre que impulsó algunas reformas que fueron orgullo y referencia de un Uruguay de entonces, pero que más adelante sólo pasaron a ser el adelanto manuscrito de una Sociedad que en los hechos, negaba el espíritu de las mismas. Y por último tenemos a los que careciendo de ponchos y sobretodos, nos recuerdan años de calabozo, estudiantes muertos en las calles, etc. En fin, cada cual hace uso de la historia que le ha dado buenos resultados, sin descontar claro está algunas que se van incorporando.

En estos tiempos los curiosos lectores de la Vidriera, podrán advertir como se multiplican los actos recordatorios y como al mismo tiempo por razones de "buena salud" electoral, se evitan contactos que de otro modo son frecuentes. Esto es, asados y fiestas con embajadores y princesas. Ya habrá tiempo después, pero por el momento es mejor tomar distancia y presentar un rostro "anti-oligarca y anti-imperialista". Y para ello nada mejor que visitar calabozos, como lo hizo el presidente Mujica en la Ciudad de Minas. Fue a visitar el lugar donde estuvo detenido. Tiene algún sentido esta repentina visita? Cómo nó! El les quiere recordar que fue guerrillero y que ahora sigue el combate por otros medios menos violentos. Emocionante verdad? Pero estas cosas prenden en mucha gente y se dejan por un instante de lado la entrega de nuestra soberanía, los tratados de inversión y de defensa, las tropas en Haití y en el Congo asegurándoles a las empresas mineras tranquilidad en la explotación, la venta a precios módicos de nuestros recursos naturales, las políticas de agravio hacia los gremios que no agachan la cabeza,las visitas al imperio sonrientes y agradecidos, la extranjerización de la Tierra, etc.

Bueno, después de todo estas cuestiones menores no tienen porqué preocupar a nadie. Esas son cosas de los gobernantes y ellos saben lo que conviene mejor al país. La hinchada sólo tiene que gritar el gol, festejar en el boliche y luego regresar a sus casas en forma ordenada como en cierta oportunidad les recomendó, el famoso general del Pueblo.

Qué cierto candidato disfrazado de "izquierda" se niegue a discutir públicamente con otros postulantes, a quien le puede importar? Desde cuando el uruguayo vota por programas? Se ha comprobado fehacientemente que mucha gente no sabe a quien votó ni conoce al legislador que sentó a 200.000 por mes, más algunos beneficios que serían la envidia de cualquier empleado  u obrero calificado. Los ministros por ejemplo no son "votables" sino que los eligen a dedo.....

Esto nos lleva a pensar que como el Uruguay no hay, confirmando aquella frase conformista que nos inventaron para tenernos contentos. Tal vez sea así, y nuestros políticos se la saben de "camulina" como decían en aquél programa cómico argentino. Por lo que podríamos decir en forma de verso:  VOTE CONFIADO, VOTE CONTENTO, CUIDE MI BANCA EN EL PARLAMENTO.