martes, 16 de septiembre de 2014

En el cumplimiento del deber


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad.

.......O para ser más exactos, el deber del cumplimiento que pocas veces se cumple. No es de extrañar entonces, que cuando lo que tendría que ser regla se convierte en excepción, cualquier medida que se tome en beneficio del Pueblo, se lleva a la categoría de mérito a destacar. Algo anda mal, nos decía Bertolt Brecht, cuando lo obvio, lo normal, es resaltado como una gran conquista, algo sin precedentes y merecedor de festejo.

Basta echar una mirada a la campaña electoral y allí encontrarán la prueba de estas afirmaciones. "Hicimos tal cosa" nos dicen sin mencionar lo que no hicieron, pero nos prometieron. Aún así, tomemos por buena esa "cosa" que hicieron. Pero no fue acaso, para eso que los votamos? O cuando nos advierten sobre los gobiernos anteriores. Bueno, por ello la gente dejó de votar a esos Partidos y se pronunció por los cambios. Qué novedad nos traen? Porqué mejor no hablan de todo lo que prometieron y no cumplieron, en lugar de golpearse el pecho? A qué vienen ahora esos cuentos de la "herencia maldita" que nos dejaron, cuando la deuda se multiplicó varias veces? Cuánto tiempo necesitarán para ordenar la casa? .

Pero estos mecanismos funcionan así y el pequeño grupo privilegiado, léase hombres de negocios, políticos, clase acomodada y aspirantes a un buen empleo bien rentado, le quieren hacer creer al resto que nunca estuvimos mejor, que "vamos bien", de "cabeza pal empeño" diría yo, recordando al tango. Y en este siga el corso, la farándula se mueve con mucha destreza. Ellos cuentan con el aparato estatal, que ofrece beneficios a todos aquellos dispuestos a prenderse a la teta y vender su conciencia. Avisos bien pagos que la prensa recibe con regocijo, por lo que no esperemos sino halagos y retribuciones. Ellos tienen buen olfato y saben con quien hay que estar bien. Y en ese panorama, en donde desde el fútbol al carnaval están representados, el Pueblo será llamado a ponerse la celeste y cantar la retirada de la murga oficial.

"Vamo arriva que se la volbemo a clabar" escribió un hincha en Facebook, como testimonio de los tiempos que corren. Ellos también de algún modo cumplen con su deber, por aquello del "que quiera pescado que se moje" y ellos se mojan y hasta se tirarían al agua si fuese menester.
A tal extremo han llegado las cosas en este bendito Uruguay, que un ministro procesado por la Justicia y no precisamente por haber atropellado a un peatón, hoy se postula al Parlamento. Ni siquiera tuvo la delicadeza -por aquello de las buenas costumbres - de decir: Hasta tanto no se aclare todo el proceso de PLUNA, no ocuparé cargo alguno. Pero de dónde sale esta arrogancia, esta suerte de "me importa un carajo lo que opinen"? O será que en el fondo le están pagando alguna deuda, por aquello de en boca cerrada no entran moscas?

Yo nunca olvidaré y creo que alguna vez lo mencioné en la Vidriera (disculpen la reiteración), aquel dibujo del gran PELODURO, en donde un magnate en el balcón de su apartamento, brindaba champagne con su querida, y al tiempo que señalaba al Pueblo abajo con sus latas y botellas de vino envueltas en papel de diario, le decía:" Mirá mi amor, que emocionante como festejan nuestro triunfo".