sábado, 22 de noviembre de 2014

El miedo llegó a la escuela


por Hugo Bruschi en el Año de la Dignidad

Día por medio se registran actos de violencia contra maestros y profesores. Los motivos pueden ser diversos,desde el alumno que deberá repetir porque no alcanzó el nivel mínimo exigido, hasta el llamado a padres de parte de una maestra que no puede admitir, ciertas conductas en clase. Una maestra que no puede resolver problemas inherentes a la Patria potestad. La educación del niño no es su función, ésta comienza en la cocina del hogar. A ella sólo le compete la enseñanza, que es otra cosa totalmente distinta. Y estos hechos de violencia se registran, porque hay flotando en el ambiente una animadversión hacia su tarea, estimulada desde la misma presidencia del País, en la persona de su titular y de la primera dama.
Yo recuerdo mis tiempos escolares, como de profundo respeto al maestro/a y más tarde al profesor/a. Y cuando llevábamos a casa el carnet con las notas, sabíamos que no había explicación posible. La maestra era apoyada en su tarea. Y cuando nuestros padres concurrían a la escuela, escuchaban atentamente a quien tenía en sus manos, la tremenda responsabilidad de la enseñanza de sus hijos. La maestra era sagrada.
Yo he visto hombres abrazando a sus maestras al cabo de los años. Alguno de ellos había pagado con cárcel, algún error de Juventud,pero el recuerdo a aquella maestra que los enseñó a leer y escribir, sumar y restar, permanecía inalterable en sus memorias y en el mejor de sus recuerdos.
Y que nadie me diga que estos hechos se registran en barrios "difíciles",porque siempre los hubieron. Yo me crié en un barrio, en donde 3 de cada 10 muchachos, eran ladrones, en donde los duelos criollos entre malandras eran comunes, en donde las balaceras eran comida diaria, en donde un punguista que paraba en el boliche del barrio, me dijo un día entre copa y copa: "quiero dejarle el oficio al pibe". Recuerdo que le respondí, "si realmente lo querés, envialo a la Escuela Industrial a aprender un verdadero oficio". Al cabo de los años lo encontré ya viejo y quebrantado y volvimos a hablar. Orgulloso me contó que el muchacho era mecánico y tenía un taller de reparaciones. Y agregó: "tuvo un profesor que lo ayudó todo el tiempo"..... Ese era mi barrio en donde jamás,alguien de aquellos muchachos le faltó el respeto a una maestra. En donde nunca alguno de aquellos padres delincuentes, le levantó la mano a un profesor. Algo está cambiando en la Sociedad, y ese algo no es nada bueno precisamente. Qué Sociedad se estará incubando, cuando quienes tienen la responsabilidad de la enseñanza, sienten miedo? Qué señales les envían a sus hijos, cuando golpean a una maestra o profesor?Qué Sociedad nos espera, cuando estos estados de animosidad contra maestros y profesores, son alentados desde el gobierno? Que tienen estos individuos contra la cultura? Tendrán los maestros y profesores rebajar sus sueldos o trabajar gratis, para alcanzar el visto bueno de Mujica y su mujer?
Estas agresiones son sólo el comienzo de lo que vendrá y Uds. serán testigos. Y es casi seguro que ya muchos maestros o profesores, estarán pensando cambiar de trabajo, para conservar su integridad. Y nó solamente física, sino moral, para no tener que poner buena nota o promover a un alumno, bajo amenaza. Para no tener que soportar indefensos, cómo un matón de boliche les dice: " mirá que yo sé donde vivís".........