miércoles, 4 de febrero de 2015

El derecho convertido en caridad


por Hugo Bruschi en el Año contra la Impunidad

Recuerdo con nitidez, que después de las elecciones de 1971 en donde se consagró ganador el Partido Colorado, a pesar de su política antipopular llevada adelante por el equipo de Pacheco, con sus Medidas de Seguridad, gobernando por decreto, persiguiendo al movimiento obrero e inaugurando la tortura entre otras perlas, mucha gente reaccionó contra la mendicidad,por entender que habían votado por los mismos que los condenaban a extender la mano. "Si Ud. tiene un par de zapatos que ya no usa, no tire el par. Tire uno hoy y la semana que viene el otro" o "si golpean a su puerta pidiendo ropa,dinero o comida, ofrézcale un aperitivo".

Si bien es cierto que la caridad nada resuelve, sino que por el contrario alimenta el conformismo y la pasividad, la Vidriera no comparte estos estados de ánimo surgidos de la bronca. Quienes llegamos a la conclusión que esta Sociedad necesita un cambio de valores y el país un cambio de rumbo, no podemos menos que entender que estas víctimas del sistema no son los culpables. Además no se enoje y aproveche de este clima de Libertad mendicante. Hay paises europeos que se están planteando criminalizar la mendicidad y no solamente a quienes piden, sino también a quienes dan. Por un problema de imagen claro está y al mismo tiempo acabar con las pocas muestras solidarias, que vayan quedando en la Sociedad. La caridad está instalada en la Sociedad como parte de un negocio bien manejado desde hace muchos años y hay que combatirla enseñandole a la gente sus derechos. Para ello claro está, se necesita una mentalidad revolucionaria y una fuerza capaz de revolucionar las estructuras y las transforme. Mientras tanto, la gente seguirá apoyando a aquél que "me movió el expediente" que parecía dormido en algún cajón de escritorio. O a quien me consiguió un laburo o me trajo el agua y la luz. Al que hace "gauchadas" con nuestros derechos.

Sin olvidarnos tampoco, que existen algunas caridades legitimadas por el tiempo y la costumbre. Aceptadas por toda la Sociedad como algo normal. La propina entre ellas. Este tema lo discutimos en nuestros años jóvenes, en largas noches de idealismo y aún nadie nos ha convencido del error. Hemos aceptado que sea el cliente y no el patrón, quien pague el sueldo del mozo o empleado de restaurant. Hemos aceptado que el empleado no le reclame al patrón un sueldo digno y en cambio espere la propina del cliente para redondear su sueldo. A ese cliente que ya pagó el consumo a precio de París, con sueldos uruguayos. Si Ud. anduvo corto de dinero como para dejar la propina, se animaría a volver mañana al mismo restaurant? YO NO y le voy a decir porqué: Conocí a un mozo que me explicó como tratan a los tacaños...... La propina es una suerte de institución, a la que nadie osaría desafiar.Ella tiene sus códigos y los hace cumplir. Una vez llegué al Aeropuerto de Carrasco y mientras esperaba que me revisaran la valija, un hombre con un pincel engomado en su mano y una estampita en la otra, me decía: "la propa, la propa pibe". Como yo también soy uruguayo, pregunté en voz alta haciéndome el ingenuo, si acaso se trataba de un nuevo impuesto. Después de todo estaba en mi derecho pues estuve tantos años fuera del país, que bien pudieron haberlo establecido. Pero el delincuente entendió el mensaje y me dijo: "estas de vivo?"..... pero me tuvo que dejar pasar. Justo es hacer notar que estas cosas ya no pasan y los pasajeros ya no se ven expuestos a estos manoseos asquerosos a manos de delincuentes que convierten al recién llegado, en sospechoso de contrabando y que por tanto tiene que pagar. También por ese entonces, los carritos de equipaje eran administrados por alguna gente que esperaba la "propa". Hoy por suerte y como siempre debió ser y como lo es en el resto del mundo, los carritos están al servicio del pasajero.

Estos son sólo algunos aspectos de la problemática. Cuando una Sociedad se  acostumbra a pagar para poder ser atendido como corresponde o para hacer uso de sus derechos de ciudadano, algo anda mal y deberemos cambiarlo.