lunes, 2 de marzo de 2015

Tarjeta roja!!!

por Hugo Bruschi en el Año contra la Impunidad.

El colorido de la fiesta, con Vázquez y Sendic montados en un viejo auto acondidionado para la ocasión, resultó apenas empañado por las silbatinas y abucheos que el público allí presente, le propinó al Ministro de Defensa.
Parece que este hombre no goza de muchas simpatías entre la hinchada. Y su respuesta no se hizo esperar: "Había algunos hinchas de Nacional" dijo en tono sarcástico, riéndose como es su costumbre de todos aquellos que no aprueban su gestión. La verguenza no figura entre las virtudes de este nefasto personaje. Pero al mismo tiempo tenemos el deber de hacer notar,la tremenda contradicción en que incurre esa parte del público. Cómo se puede explicar que aplaudan el paso triunfante del nuevo presidente y al mismo tiempo abucheen a su Ministro, a ese Ministro por él designado a pesar de todo lo que recae sobre su persona? Cómo se puede entender que griten "Pepe no te vayas" y le propicien una silbatina a su mejor Amigo, con quien compartió su odio a algún juez decente y obstáculos en la búsqueda de Verdad y Justicia? La única explicación que La Vidriera encuentra a estos comportamientos, es que estas cosas pueden pasar cuando las hinchadas suplantan a los militantes. Al que entendemos como tal, al que tendrá que ser crítico y autocrítico, cuestionador y seguro de sus ideas. Nó al aprobador que cabecea siempre en forma afirmativa, cual si tuviera un Parkinsson. Nó al que siempre corre presuroso atrás del líder, no al alcahuete para hablar más claro.

Fernández Huidobro les respondió como en el fondo se merecen: "deben ser hinchas de Nacional", aunque para el caso bien pueden ser hinchas de otros equipos, del mismo modo que son hinchas del Frente Amplio. Fernández Huidobro les quiso decir: "sigan pateando giles que el partido ya está decidido de antemano". Y tendría razón si así lo entendiera y hasta merecería el aplauso de la Vidriera por su sinceridad. Porque su designación está muy bien custodiada y se siente muy seguro, porque su presencia en el nuevo gabinete, es una imposición sino explícita, obligada por las circunstancias. Se trata de un hombre que ha cosechado por mérito propio, muy buenas relaciones con los uniformados. Y esos vínculos son imprescindibles para la tranquilidad del nuevo gobierno. Y al mismo tiempo toda una garantía para que la famosa comisión recientemente designada, pase a la historia como un intento fallido de dar vuelta la página. Como un adelanto administrativo en materia de versos. Como una prueba más de la impunidad reinante.