sábado, 28 de mayo de 2016

LA fiesta inolvidable ( sin Peter Sellers)

por Hugo Bruschi en el Año de la Resistencia.

La fiesta de los 15 años, es un ritual muy arraigado en las sociedades latinoamericanas. Es el instante donde la quinceañera se despide de su niñez y comienza un lento camino hacia la mujer adulta. Bueno, por lo menos es lo que la tradición indica o la gente cree.
Comienzan a pintarse los labios, en muchos casos reciben de manos paternas, la última muñeca como símbolo de una etapa que queda atrás o un par de zapatos de taco alto, representando la etapa que se inicia. El ritual tiene sus variantes e ingredientes, de acuerdo al país en cuestión y sus costumbres. Es la edad del coqueteo y las primeras escapadas.

Como quiera que sea, aquella fiesta - para los que pueden aún - quedará grabada en la memoria de aquella niña y las fotos testimoniarán más tarde, aquella velada tan importante de su vida. Padres, hermanos, abuelos, primos, amigos del barrio o compañeros del liceo, etc. rodeando a la agasajada cuando corta la torta o cuando baila el vals tradicional con su padre o con su abuelo.

Qué sentirá la nieta de José Nino Gavazzo cuando mire las fotos dentro de algunos años? Se sentirá orgullosa de aquel abuelito cariñoso que abandonó su "prisión", para llegar hasta la fiesta? Sería injusto al día de hoy, pedirle opinión a una adolescente que ni siquiera pudo organizar su propia fiesta y mucho menos decidir sobre los invitados adultos, pero estamos seguros que no ignora quien es su abuelo y que delitos ha cometido, por más que sus padres intenten mentirle, por más que se empeñen en presentar a las víctimas como seres terribles que buscaban la destrucción del Uruguay y que por tanto su abuelo debió combatir como buen soldado de la Patria que fue. Y cuando se entere que hubieron niños secuestrados y luego separados de sus padres, le dirán que lo hizo para salvarlos de aquellos padres perversos. Y cuando se entere que también el abuelo mató y desapareció gente, le dirán que son inventos de una subversión que no se ha dado por vencida y aún mantiene sus ánimos de venganza. Y que dirá la jovencita cuando se entere que su abuelo, además de ser un torturador, asesino y desaparecedor de personas, fue un delincuente comun a quien le gustaban tanto los dólares, que decidió falsificarlos. Seguirá creyendo la jovencita que el uniforme de la Patria estuvo en buenas manos?

El tiempo lo dirá, por ahora sólo nos queda decirle FELIZ CUMPLEAÑOS........