domingo, 18 de febrero de 2018

Otra vida segada




por Hugo Bruschi

Tú nada sabías de los ajustes de cuentas que todo lo explican. Tampoco estabas en un lugar equivocado o peligroso, como suelen decirnos los medios oficialistas, aunque trabajar o salir a trabajar, ya comienza a ser riesgoso. Pagaste con tu vida en un empleo de 18.000 pesos. Tenías 26 años y un hijito de 8 que ya no podrá mostrarte los deberes, al que ya no podrás dejarle un regalito la noche de Reyes Magos. Te mataron sin piedad, como sólo pudo hacerlo un psicópata drogado con la "merca" oficial y legal o con la ilegal. Lo mismo dá y la muerte no entiende las diferencias.

Y a tí nadie te recordará en una canción, por la simple razón que puede resultar políticamente incorrecto y estas cosas no son del agrado del Ministerio de Turismo. El negocio consiste en recordar el pasado y cantar como eran las cosas antes del triunfo popular. De las injusticias, de la postergación, de los cantegriles y hasta del Che y la Reforma Agraria, para delirio de la gente que aplaude y se convence que sigue siendo de izquierda. O se barniza que es peor. Es la misa de los Domingos con la consiguiente donación que salva el alma.

Hoy ya no hay motivo de protesta pues los jugosos contratos del Ministerio de Turismo, han funcionado como el antídoto más eficaz contra aquella enfermedad temprana. La izquierdosa y temeraria que invitaba a la Revolución desde las guitarras y los versos.

Por ello COMPAÑERA TRABAJADORA, tú no tendrás canciones. La sóla mención de tu nombre, sería la acusación a un gobierno que alimentó la droga y multiplicó los cantegriles. A tí compañera te asesinó un monstruo creado por esta Sociedad injusta y por un Estado que no supo protegerte, porque el delito ha tomado al pueblo como rehén y ahora ya es tarde. Sólo caben esperar más muertes a las ya acaecidas. Muchos más seguirán tu triste destino. Ojalá tu muerte sirviera para una toma de conciencia, ojalá el pueblo uruguayo deje de lado los colores que lo dividen y decida tomar el destino en sus manos, ojalá el pueblo uruguayo deje de lado las pasiones artificiales que lo ocupan, para reunirse como quería Artigas.

QUE EN PAZ DESCANSES COMPAÑERA!