miércoles, 25 de abril de 2018

QUE DIOS TE AYUDE....(sólo para creyentes)




por Hugo Bruschi

El barco naufragaba en medio de la tormenta y su fin era inevitable. En esas dramáticas circunstancias, su capitán dió la orden de lustrar el mástil. Quería un entierro de lujo para su viejo amigo, una suerte de homenaje a su larga trayectoria sobre las olas. El relato de estas escenas, me animan a imaginarme el Parlamento uruguayo. Cuando toda una Sociedad civilizada está a punto de sucumbir ante el embate de una ola de rapiñas, asaltos, crímenes y disputas de barrios y ciudades, nuestros bien pagados legisladores ponen en escena un circo digno de mejores causas. Y allí nos hablaron de Chapulines Colorados, de Goebbels y de otras yerbas, con un invitado: el Ministro Bonomi.

Bordaberry dijo 2+2 son 4 y le dijeron que no mintiera, quedó inmediatamente inhabilitado por su apellido. Al mismo tiempo Miranda, Sendic, Macarena Gelman y Michelini por mencionar a algunos apellidos conocidos, pueden mentir, traicionar y burlarse de todos nosotros y también del desvelo que le costó la vida a sus padres, pero nadie dice nada. Hay apellidos y apellidos....pero algo hemos aprendido con el tiempo: Los padres y los hijos no son la misma cosa. Las víctimas del terrorismo y sus familiares, nada tienen que ver, más allá de su parentezco. Cuando yo vea en el accionar diario, en los hechos que importan, que esos familiares representan cabalmente el pensamiento de sus seres queridos desaparecidos, entonces pediré disculpas.

Y mientras nuestros representantes se tiraban con acusaciones, la gente se seguía matando en las calles. Desde tiendas oficialistas se trata de minimizar esta tragedia nacional, hasta los llamados comunicadores (a sueldo), nos hablan de enfrentamientos y ajustes de cuentas, cuando en realidad se trata de crímenes. Recientemente 2 muchachos fueron asesinados en una cancha de fútbol. Alguien comentó que uno de ellos portaba una metralleta, cosa que la misma policía desmintió. El otro era un peluquero recien diplomado que al otro día abriría el local que el abuelo le instaló, para ganarse la vida. Sigan con sus discursos muchachos, que al igual que el barco se irán al fondo.

Se vive la sensación de haber sido derrotados por el miedo, miedo paralizante que sólo nos lleva a enrejarnos, a actuar como si los delincuentes fuéramos nosotros. El Estado uruguayo ya no puede garantizar la vida de sus ciudadanos y la gente desesperada pide a gritos la salida de Bonomi o la vuelta de los militares. Alguien puede creer con seriedad que la salida de Bonomi resolverá el problema? Alguien puede creer que la presencia militar en las calles disminuirá el delito? Esto llegó para quedarse, el narcotráfico nos ganó la partida hace mucho tiempo y sólo la mente enferma de un vendedor de humo, le pudo hacer creer a la gente que legalizando la droga, ésta estaría controlada.

Se acabaron los milagros, se acabaron las salidas "a la uruguaya", la certeza que la culpa la tiene el otro. Qué hizo Ud. cuando desde el propio Estado le dicen a su hijo que la droga ya no es peligrosa? Salió a las calles junto con otros padres? Ahora es tarde y no hay recetas a la vista, sólo un pueblo con conciencia de su destino como Sociedad organizada, podrá rescatar los valores perdidos.